Cómo elegir la mejor ropa infantil

Marcas de confianza

A medida que vamos comprando ropa para nuestros hijos, vamos encontrando las marcas que nos funcionan mejor, ya sea por calidad, precio, tejidos, tallas, duración. Como mujer autista, me siento cómoda sabiendo que lo que voy a comprar va a servirnos, detesto tener que hacer cambios o devoluciones. Una vez que encuentro lo que nos funciona, priorizo lo que puedo pedir online (ahorro de tiempo, energía, gastos de desplazamiento y espacios cerrados con gente). Así que en estos 13 años de crianza, confieso que la mayoría de la ropa de mis hijos es de 4 o 5 marcas, como la tienda Cóndor y gestiono todo a golpe de clic.

Prendas multiusos

Si algo aprendí en mi maternidad con respecto a la ropa de mis peques, es el enorme valor que tienen las prendas multiusos, es decir, que sirven para que vayan “arreglados” o informales: un polo sirve para estar cómodo pero ir en condiciones a un cumple sin necesidad de recurrir a una camisa. Por otro lado, pocas cosas he amortizado más que un buen par de leotardos: un básico para ir calentitos sin perder los calcetines por la vida, que lo mismo valen para looks con faldas, debajo de los pantalones  o para crear disfraces de superhéroes, brujitas o pitufos. 

Fomento de la autonomía

Según la edad y circunstancias de nuestros peques, a medida que van creciendo debemos intentar facilitarles ropa y accesorios que les den la oportunidad de ganar autonomía para vestirse y/o desvestirse. En la crianza típica, esto ocurre cuando comienzan con el “yo solito”. En la crianza  atípica, hay multitud de situaciones y momentos en los que podrán (o no) adquirir autonomía parcial o total, con o sin adaptaciones, pero la clave es la misma: la ropa debe ser funcional para la persona que la utiliza, y eso significa en la mayoría de casos comenzar con prendas sin cremalleras, botones y cordones, por ejemplo.

No olvides que es clave ofrecerles indumentaria que permita una buena movilidad, que ir guapas/os no implica estar rígidos como un maniquí.

La facilidad del lavado/secado

Pues sí, ya sabemos que las coladas forman parte de la pesadilla recurrente de quienes criamos peques. Es la historia sin fin de lavar-secar-doblar-guardar-volver a empezar, intentando que las prendas no mueran en ese proceso.

Aquí es importante tener en cuenta la calidad de los tejidos, si admiten centrifugado o uso de secadora (vamos, leer las instrucciones de lavado que incluyen). Si te soy sincera, yo lavo todo junto porque no me da la vida, así que el factor clave en mi familia es que la ropa sea de una calidad suficientemente buena para no arruinarse en cada ciclo de limpieza, tejidos que no se arruguen mucho y que no desprendan pelusas que se transfieran de una prenda a otra.

Como no me llevo bien con la plancha (cabe aclarar que hace años que ya no tengo una en casa), siempre elijo tejidos que queden lo suficientemente presentables tendiéndolos bien.

Ropa infantil: ¿precio o calidad?

¿Qué pregunta, no? Como economista, siempre he sido muy cuidadosa con la administración de nuestros recursos (los dineros, ya sabes). Sin embargo, también nací en el mundo de la confección (mis padres tenían una fábrica de ropa) y tengo clarísimo que no hay nada más barato que aquello que dura más. Dicho ésto, los mejores consejos que puedo darte sobre la compra de ropa infantil:

1. Prioriza la calidad: una prenda que tiene mucha vida, finalmente nos genera menor gasto. Aparte si tenemos más peques, podrán heredar de un hermano al otro (bien lo sabe mi hijo pequeño, “el heredero”).
2. Compra fuera de temporada. No es difícil saber la talla que tendrán el siguiente invierno (con la tabla de percentiles de nuestro peque nos podemos hacer una buena idea), así que aprovecha el final de cada estación para comprar en rebajas lo que necesitarán más adelante. 
3. Caro no es sinónimo de calidad. Si una marca te sirve, que sea por el resultado de sus prendas, no por el “logo”.

¿Y tú? ¿Me cuentas cómo eliges la ropa de tus peques?