Desde el momento en que nacen, los niños y niñas comienzan a explorar el mundo a través de sus sentidos: la vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto. Estos cinco canales de percepción son fundamentales para su aprendizaje, desarrollo emocional y cognitivo, y para formar una comprensión sólida del entorno que les rodea. Por eso, enseñar y estimular los sentidos desde edades tempranas es una tarea importante que podemos hacer con actividades sencillas y enriquecedoras.
¿Por qué es tan importante enseñar los sentidos?
Los sentidos son la puerta de entrada de la información que los niños usan para aprender sobre su mundo. Estimulando sus sentidos, ayudamos a potenciar su capacidad de observar detalles, reconocer patrones, desarrollar el lenguaje y mejorar habilidades motoras. Además, comprender cómo funcionan sus sentidos les permite conocerse mejor y manejar emociones vinculadas a esas percepciones. Hay muchas actividades divertidas para estimular los 5 sentidos para niños.
Por ejemplo, el sentido del tacto les proporciona seguridad y confort; el gusto y el olfato están ligados a la alimentación y a recuerdos afectivos; la vista y el oído son esenciales para la comunicación y la socialización. Por eso, enseñar a niños y niñas a conocer y confiar en sus sentidos sienta las bases para un aprendizaje integral y para su bienestar emocional.
Actividades prácticas para estimular los sentidos en casa o en el aula
1. Estimulación de la vista: Juego de colores y formas

Una forma sencilla y divertida de potenciar la vista es hacer una «búsqueda del tesoro visual». Puedes crear una lista con colores o formas específicas para que los niños busquen objetos alrededor. Por ejemplo, “encuentra algo rojo”, “busca un círculo” o “mira qué cosas tienen rayas”. Esto les ayuda a concentrarse, mejorar la observación y a familiarizarse con diferentes características visuales.
Otra actividad es explorar con lupas o binoculares de juguete objetos cotidianos, alentando a los niños a describir lo que ven con detalle. Esto desarrolla su capacidad de análisis y el vocabulario descriptivo.
2. Estimulación del oído: Descubre los sonidos del entorno

El oído permite a los niños conectar con su entorno inmediato y con los demás. Para estimularlo, puedes proponer el juego “¿Qué escuchas?”. Pídele a los peques que cierren los ojos durante un minuto y precisen qué sonidos han identificado: el canto de un pájaro, una risa, el agua corriendo….También puedes usar cascos con pistas de audio de sonidos.
Además, fabricar instrumentos caseros con botellas, arroz o latas invita a los pequeños a experimentar con diferentes sonidos y ritmos, despertando sus habilidades musicales y auditivas.
3. Estimulación del tacto: Explora con las manos

A través del tacto, los niños conocen texturas, temperaturas y formas, desarrollando también la motricidad fina. Puedes preparar una caja sensorial con elementos variados: algodón, piedras ásperas, hojas secas, espumas, telas o arena. Permite que los peques toquen cada uno y describan qué sienten.
4. Estimulación del olfato: juego de aromas

El sentido del olfato está muy ligado a las emociones y a la memoria. Para estimularlo, puedes preparar pequeños frascos con diversos olores —como limón, canela, café o flores— y pedir a los niños que huelan y traten de adivinar qué es.
5. Estimulación del gusto: cata de sabores

El gusto ayudará a los niños a distinguir diferentes sabores y a ampliar su paladar. Organiza una pequeña degustación con alimentos dulces, salados, ácidos y amargos, como frutas, galletas, limón o un poco de chocolate.
Invita a los niños a describir el sabor y comentar qué les gusta más o menos. También es una oportunidad ideal para fomentar la alimentación saludable y la curiosidad hacia nuevos alimentos.
Consejos para integrar estas actividades en el día a día
- Hazlo divertido y sin presión: El estímulo positivo y el juego libre ayudan a que los niños se sientan cómodos explorando.
- Aprovecha momentos naturales: Durante una comida, un paseo o una manualidad puedes preguntar sobre lo que ven, oyen, huelen, tocan o prueban.
- Interacción y conversación: Escuchar y responder a las observaciones de los niños fortalece el aprendizaje y la confianza.
- Personaliza las experiencias: La edad, intereses y características de cada peque o grupo son un referente para elegir y ajustar las actividades.
Enseñar sobre los sentidos es mucho más que una actividad educativa: es regalar a los niños y niñas las llaves para conocer y amar el mundo, desarrollarse con seguridad y disfrutar de cada momento con plenitud. Invítalos a observar, escuchar, tocar, oler y probar, y verás cómo se llenan de asombro y alegría.
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