Día de la mujer: no nos regaléis flores.

Hoy es el día internacional de la mujer.

La conmemoración del 8 de marzo hace referencia a los hechos que sucedieron en esa fecha del año 1908, donde murieron calcinadas 146 mujeres trabajadoras de la fábrica textil Cotton de Nueva York en un incendio provocado por las bombas incendiarías que les lanzaron ante la negativa de abandonar el encierro en el que protestaban por los bajos salarios y las infames condiciones de trabajo que padecían. También se reconoce como antecedente a las manifestaciones protagonizadas por obreras textiles el 8 de marzo de 1957, también en Nueva York.

Habiendo leído esto, ya sabéis que hoy no se celebra nada. Hoy es un día reivindicativo para el aproximadamente 50% de la población mundial.

Ahora a lo mío: os quiero pedir que hoy no me felicitéis. No me hagáis regalos. No me traigáis flores.

No es por ser una desagradecida, no. Es porque hoy, la minoría más grande del mundo, de la cual también formo parte, conmemora un día triste. Un día que recuerda que es necesaria una fecha para que todos nos abanderemos por la igualdad y los derechos de alguien (nosotras) por tener una vida digna sin que nuestro género coarte esa posibilidad. No es que menosprecie el amor sincero de quién hoy quiera felicitar mi esfuerzo (adicional) para llevar adelante mi vida con la falta de conciliación, la diferencia salarial, el sexismo… Es que preferiría que eso no sea necesario.

El 8 de marzo, cada vez que recibo un mensaje felicitándome (por tener menos oportunidades), o leo un hashtag del tipo #LasMujeresSomosIguales, me molesta. Y mucho.

Oigan, que las mujeres NO somos iguales. Somos diferentes, y es una maravilla serlo.

Lo que debemos conseguir, y ese es el mejor regalo que me podéis dar, es el igual derecho a ser diferentes. Que ser mujer NO defina (desde que habitamos el útero de nuestra madre) qué vida tendremos, qué podremos estudiar, comer. A qué deberemos jugar, trabajar. Cuándo, con quién y de qué forma nos deberemos casar. Si podremos viajar, ser libres, crear, emprender, amar, tener hij@s. Nuestra capacidad de decidir y actuar.

Es responsabilidad de todos y todas llegar a esa igualdad (de derechos). Erradiquemos del universo la concepción de que lo masculino es más y lo femenino menos.

Aclaro que no me gustan los mensajes que achacan al hombre y enarbolan a la mujer respecto a esta causa.

La voz por la  igualdad (¡de derechos!) de la mujer no debe tener género. Es una cuestión de todos y todas. Empecemos por ahí, y sigamos por no limitarnos a pedir igualdad en el trabajo, la educación, la libertad. Que somos la mitad! Que este mundo no sale adelante sin nuestra aportación, parte de ella necesaria justamente por nuestra diversidad con respecto al hombre!!!.

¿Y qué podemos hacer, entonces?

Por mi parte, olvidarme del 8 de marzo. Todos los días del año apostaré, apoyaré y participaré activamente en que no sea necesaria la existencia del día de la mujer. 

¿Y vosotros y vosotras? 

• En el mundo laboral, abrirnos las puertas y facilitar una conciliación real.
• En la sociedad, erradicar los sexismos.
• En la vida familiar, compartir la carga de las tareas domésticas y la crianza.
• En la educación, aseguraros de que tengamos acceso y libertad de elección.
• En la salud, darnos acceso, información y respeto (fin de la maniobra Kristeller, maltrato en el parto, y otras tantas cosas).
• En general: entender, empatizar y respetar el hecho de que tenemos igual derecho a ser diferentes. Y con ello, igual derecho a que eso no limite nuestra vida en ningún ámbito.

Alguno me leerá y se preguntará por qué pido esto también a las mujeres. Pues mira, porque muchas veces las mujeres también son artífices de esta injusticia (haciendo, promoviendo, menospreciando (se)..véase como ejemplo a Oriol). Y también porque ahora soy madre, y tengo una consciencia diferente sobre nuestro rol en la humanidad. Y por más conciliación y reparto de tareas que haya en la crianza, nosotras somos un pilar indiscutible en la  educación de nuestros hijos e hijas. Y nadie nace prejuicioso, sexista, xenófobo, machista, racista, etc. Eso se mama en casa al igual que la leche. Con frases, acciones, roles, directrices, burlas, miradas…

Así que aunque ahora gritemos al mundo adulto nuestro reclamo de igualdad (de derechos!) , hemos sido y seguimos siendo nosotras las que enseñamos en gran medida los valores del respeto, la tolerancia y demás a quienes ya son o serán adultos en un tiempo. 

¿Cómo podemos educar sin sexismos?

-Cuestionando nuestro propio lenguaje, que arrastra siglos de frases sexistas para aplicar en cualquier momento (lloras como una niña, las señoritas no juegan a fútbol, quién es la niña más guapa y el niño más listo de esta casa??)  y cambiarlo por uno respetuoso.

Aquí podéis leer un post interesante sobre sexismo en el lenguaje y aquí firmar para eliminarlo del diccionario.

–Enseñando valores: respeto, empatía y tolerancia. Transmitir la fortuna que tenemos al vivir en la diversidad!

En el Blog de Club Peques Lectores dedicaron una entrada genial sobre libros y cuentos sobre igualdad y valores, no dejéis de leerlo!

Yo, personalmente, me acerqué al mundo literario-infantil no sexista de la mano de Érase dos veces, una serie de libros geniales con historias clásicas modificadas eliminando los sexismos (¡entre otras barbaridades!), en el que participamos del Crowdfunding para que vieran la luz y tuvimos la gran suerte de que así fuera!.

-Dando el ejemplo: eliminando los roles pre-establecidos para papá y mamá en la crianza y tareas del hogar (excepto la lactancia materna, que oye, es imposible – y no me gustaría tampoco -compartirla con los padres!)

-Eliminando los sexismos en los juegos: dejar que nuestros peques jueguen a lo que quieran y formar parte de las campañas para eliminar los sexismos dentro de las fábricas de juguetes. Está bien ser niño y jugar a las muñecas, está bien ser niña y jugar a ser astronauta.

Sapos y Princesas, para El Mundo, nos ofrece una nota bastante clara sobre el tema.

-Respetando a todos y todas, y transmitiendo a nuestros peques que la diversidad de la gente por sexo, género, raza, religión, etnia, nivel socio-económico o cultural, nacionalidad, condición, capacidad..simplemente nos enriquece!

Este tema da para mucho y mucho, y por no extenderme me he querido centrar en cómo puedo (podemos) hacer real mi decisión por cambiar las cosas desde mi lugar, aquí en Madrid, en mi casa, en mi familia, en la educación a mis hijos, en mi contexto.

No quiero acabar el post sin dejar los enlaces a las Campañas 2016 del Día de la Mujer más interesantes, así como las peticiones y reivindicaciones que podemos apoyar hoy y hasta que haga falta:

«Por un Planeta 50-50 en 2030: Demos el paso para la igualdad de género» de ONU

EA Sports: Incluyan jugadoras en su videojuego de fútbol FIFA, petición en Change

McDonald’s España: Acaben con el sexismo en sus juguetes del Happy Meal, petición en Change

Incentivos fiscales a la jornada continua #yonorenuncio, petición en Change para la conciliación real, con video en Youtube incluido para concienciarnos:

No vendan más el libro “Minichistes sólo para chicos” que denigra a las mujeres, petición en Change

Incluir una asignatura de igualdad de gñenero en el curriculum de primaria, petición en Change

Pidamos por el fin de le excisión del clitoris de las niñas, petición en Change. Según ONU unas 30 millones de niñas corren riesgo de ablación para “proteger” su virginidad.

He for she , Una campaña por la igualdad de género @EmWatson @UN_Women #heforshe

Hay muchísimos más, y espero ansiosa que los compartáis conmigo en vuestros comentarios.

Nos leemos.

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