En medio de las vacaciones vengo a contaros sobre uno de los varios alojamientos por los que hemos pasado, ya que nos ha encantado y creo que os puede valer de referencia si buscáis hoteles family friendly.
Este verano hemos salido hacia el norte, pasando por Burgos , Bilbao, Castro Urdiales, Asturias…
Hoy os cuento sobre nuestra parada en el Hotel Rural Bioclimático y Sostenible Sabinares de Arlanza, en Puentedura, Burgos.
No fue fácil conseguir habitación porque claramente es un sitio genial y muy recomendable. Nosotros hemos estado en dos habitaciones un total de 3 adultos con 3 niños de 2, 2 y 4 años.
El alojamiento se emplaza en medio del campo, con unas vistas preciosas y una tranquilidad incomparable, situado en Puentedura (entre Covarrubias y Lerma), Burgos.
En la entrada hay un parking espacioso y gratuito, desde el cual se accede al hotel por un camino que ya invita a las familias con niños: un tobogán, columpios y un par de mesas tipo merendero.
El complejo cuenta con un edificio de una planta con varios dormitorios de 2 a 4 plazas, cada uno con una terraza independiente con mesa y sillas, orientadas a la amplia parcela donde los peques pueden jugar y moverse a sus anchas sin peligro.
El césped es mullido como los que me encantan, así que hemos pasado parte del tiempo jugando allí sentados y correteando descalzos. Para una familia de ciudad, esto tan simple supone un verdadero lujo!
En la parcela tienen un huerto y una granja con burros (Virutas y Rosalinda), gallinas de diferentes tipos, pollitos y gallos. También una zona con tórtolas y codornices.
Una vez instalados allí, puedes visitar los animales y el huerto por tu cuenta, aunque lo mejor ha sido la visita guiada por uno de sus dueños, que aparte de ser un encanto con los niños, nos ha explicado cosas sobre los animales, montado a los peques en los burros y enseñado a recoger los huevos camperos.
El hotel también tiene un salón donde desayunar sus bizcochos caseros de chocolate o zanahorias aparte de los básicos (tostadas, zumos, café , etc.) con una biblioteca y sofás al lado donde pasar un rato leyendo cuentos.
El bar/restaurante exterior es grande y da servicio a los huéspedes como a la gente que viene a tomar algo o comer y, en ocasiones, ver algún espectáculo en el escenario. Allí hay un futbolín, un par de triciclos y patinetes para los chiquitines.
En cuanto a la accesibilidad, creo que al ser un hotel de una sola planta y contar con un acceso para vehículos hasta la misma entrada, facilita mucho la situación en caso de personas con movilidad reducida. En cualquier caso, si vais con silla de ruedas os recomiendo poneros en contacto para que os asignen los dormitorios adaptados a tal fin. Ir con carros de bebé y sillas de paseo tampoco es un inconveniente.
Nuestro dormitorio (Haití) contaba con un altillo con una tercera cama, eso sí, con unas escaleras complicadas para acceder y que no recomendaría para niños (o mayores con vértigo como yo), pero que mi marido supo aprovechar para dormir un rato a sus anchas sin pequeños intrusos 😉.
La atención ha sido genial en todo momento, cercana y con mucho interés porque nosotros y sobretodo los niños, pudiésemos disfrutar de estas vacaciones en un entorno espectacular.
Si a pesar de la búsqueda de campo/relax os gusta seguir conectados, el Hotel ofrece WIFI gratis y cada dormitorio cuenta con TV.
Sobre precios y disponibilidad, os sugiero que lo miréis con tiempo porque imagino que al igual que yo, cada viajero que pasa recomienda este hotel a sus conocidos, aunque puedo decir que nos pareció muy competitivo en la relación calidad-precio.
Booking.comNos han comentado que organizan campamentos, cursos de idiomas y celebraciones, así que tienen mucho más para ofrecer que lo que hemos visto nosotros. Tienen experiencia recibiendo niños y niñas con diversidad funcional: por sus jornadas y campamentos infantiles han pasado peques con síndrome de Down, TDHA y PCI , entre otras condiciones.
Estando aquí alojados hemos visitado Lerma (un precioso pueblo donde se come genial), el monumento más grande del mundo (del que ya os hablaré otro día !) y Cobarrubias con su muy familiar acceso al río Arlanza para darse un baño refrescante.
Si sois carnívoros, esta zona os traerá también unas alegrias gastronómicas que yo no he aprovechado siendo vegetariana, pero que mis hijos y marido han disfrutado en cada parada degustando morcillas, lechazo, chorizo y chuletillas.
Espero que nuestra experiencia en este alojamiento realmente familiar os sirva para vuestros viajes por la zona. ¡Nosotros desde luego volveremos!
Nota: Esta entrada NO es publicidad. Es mi opinión personal de nuestra experiencia en este alojamiento, con el que no tengo ninguna vinculación ni acuerdo publicitario, habiendo pagado nuestra estancia como cualquier otro huésped 😉
Nos leemos.
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