Carta abierta a las personas que trabajan (gracias a nuestros votos) en política.

Carta abierta a las personas que trabajan (gracias a nuestros votos) en política.

Buenos días.

Mi carta no os robará mucho tiempo, así que os pido que os toméis la molestia de leerla hasta el final.

Hasta hace unos años mi grado de consciencia sobre la necesidad (y derecho) de las personas a la accesibilidad universal era nula. No es que no apoyase a los colectivos vulnerables, es que nunca me había puesto en su lugar ni había empatizado con sus dificultades diarias para llevar una vida digna. 

Mi perspectiva ha cambiado absolutamente al tener hijos, uno de ellos con Hemiparesia ( parálisis cerebral) por un ictus infantil. Todos podemos (y debemos) aprender a ser mejores a lo largo de nuestra vida, así que con mi carta espero que (si aun no lo habéis hecho), podáis reflexionar sobre vuestra labor social y llegar a la empatía.

Os escribo porque en estos años he comprobado que nuestras muletas, gafas, audífonos, facciones, mutilaciones y/o sillas de ruedas (entre otras cosas) os suelen venir bien para humanizar vuestra imagen.  Esas fotos en las que salís en prensa al lado de nuestros hijos son insultantes, justito lo contrario a «ser humano» (véase lo que indica la RAE : adj. Comprensivo, sensible a los infortunios ajenos.)

No os contratamos para que nos mostréis lo majos y majas que sois inaugurando espacios accesibles. Os votamos para que seáis ejecutores cada minuto de vuestra carrera política y os ocupéis de dignificar nuestra vida haciendo cumplir la Ley de Accesibilidad Universal. No queremos lujos, queremos lo que por derecho nos corresponde.

Tener acceso a una sanidad y educación públicas, de calidad, gratuitas y equitativas parece un slogan:

• Ni elegimos ni tenemos el colegio que queremos (2 plazas por clase para NEE en colegios ordinarios, preferentes dispersos por la ciudad, escasas aulas TEA, ratios imposibles para atender a la diversidad, colegios no accesibles, recorte continuo en apoyos y un largo etc.)
• Contamos con una asistencia sanitaria descoordinada, de largas esperas y sin el apoyo económico a la investigación que podría predecir /reducir / tratar o curar a nuestros hijos. A eso sumo la rehabilitación y atención temprana que se da por concluida con sus altas milagrosas a los peques crónicos al cumplir 6 años… Ah! Y los tratamientos/medicamentos/adaptaciones/ortopedias/pañales no cubiertos al 100% como si pudiésemos elegir entre usarlos o no, y con reintegros parciales meses después haciéndonos financiar al gobierno con nuestras precarias arcas familiares.

Tener acceso al mercado laboral se acerca a la utopía con medidas alternativas como las del RD 27/2000 donde las empresas con más de 50 trabajadores pueden eximir su obligación con la Ley General de Discapacidad de contratar al menos el 2% de personal con diversidad funcional. La conciliación es inexistente para las familias en general, y algo impensable para las que tenemos algún peque con discapacidad.

Tener una ciudad accesible es imprescindible para fomentar permitir nuestra autonomía.

Si no queremos personas dependientes, lo primero sería permitirnos y permitirles ser personas autónomas, no?

Tener acceso al deporte y al ocio (ayer fue el día internacional del juego y podéis ver mi reflexión en profundidad haciendo clic aquí) es igual de importante que el resto de items y no disponer de esa posibilidad conlleva unas consecuencias nefastas.

• Que la totalidad de los centros deportivos municipales no oferten servicios de deporte adaptado desde infantil va en detrimento de las condiciones físicas de nuestros hijos, que serán peores y más caros pacientes para la sanidad pública en su edad adulta.
• Que los parques infantiles no incluyan a todos no les quita solamente el derecho a jugar a los niños y niñas diversos, como uno de mis hijos. Distorsiona la concepción infantil de la diversidad, desaprovecha el semillero donde se siembra la esencia de la empatía, las relaciones sociales tempranas, el concepto de la diversidad como algo natural y enriquecedor. Nuestros pequeños diversos resultan invisibles al resto. Y ya sabemos lo que pasa cuando algo es invisible, lo comprobamos a diario entre los adultos: el desconocimiento genera prejuicios, temores, polariza a la sociedad y fomenta la intolerancia, el odio y la discriminación.

Barcelona tiene actualmente 859 áreas de juegos infantiles y solo 10 (1,16%) son totalmente accesibles, según informa el Síndic (La Vanguardia)

Resumiendo, que es gerundio.

Mi carta se ha alargado un poco. La comencé queriendo acercaros a nuestra realidad, vuestra responsabilidad  y a deciros que vuestras fotos con nuestros hijos son insultantes. Que vuestros posados sonrientes en un parque accesible al lado de menores en sillas de ruedas me asquea.

No queremos ser vuestro slogan, vuestra campaña, ni vuestra medalla al honor. 

Queremos nuestros derechos hechos realidad!

En vuestras manos está hacerlo. No olvidéis (nosotros no lo olvidaremos al votar) que vuestras firmas definen cuándo, cómo y en qué se invierte el presupuesto nacional, autonómico y local que nos pertenece y os permitimos gestionar. 

Me despido con estas fotos de ayer en un parque accesible del barrio de Nou Moles en la ciudad de Valencia.

El parque con huerto salió en prensa y vídeos por ser el primeo en tener juegos adaptados a diferentes diversidades funcionales en la capital valenciana.

El barrio de Nou Moles acoge el primer parque inclusivo de Valencia ( Las Provincias, por @rafamunozgarcia)

Nou Moles estrena el primer huerto urbano para menores con diversidad funcional (Levante-EMV)

Ayer, unos meses después de su inauguración, lo encontramos absolutamente descuidado, sucio, con juegos rotos y el huerto seco.

Al verlo pensé… quién de vosotros vendrá ahora a hacerse la foto? 

Como en mi tierra dicen «no se queje si no se queja», os pasé este Tuit ->

@AjuntamentVLC menuda vergüenza el mantenimiento del #ParqueInclusivo Sucio, juegos rotos y huerto seco.@ONCE_oficial @itecval @fedaceorg pic.twitter.com/EpNJ8WtIgr

— Criando 24/7 (@Criando_247) 28 de mayo de 2017

Ojalá hayáis llegado hasta aquí y mi carta os sirva para reflexionar y empatizar con las dificultades que vivimos las familias diversas cada día y entendáis que no queremos inauguraciones con fotos, necesitamos instalaciones, servicios y accesibilidad total y mantenida.

Y si no lo conseguís, si la empatía no es lo vuestro, tranquis! Yo seguiré insistiendo hasta que os humanicéis de verdad. Mientras haced vuestro trabajo (aquí os dejo una ayudita: Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social.) que para eso os pagamos.

Espero que mi tono no os haya ofendido, suelo ser respetuosa aunque hay días que es más difícil contener la impotencia, y no me importará disculparme si os tomáis el trabajo de responderme con hechos (y si queréis respondiendo a mi carta).

A la espera de vuestras acciones inmediatas, les dejo un saludo.

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Gracias por ayudarme a que esta carta llegue a todas las personas que ocupan sillas y sillones en despachos pagados con nuestros impuestos.

¡Por una vida accesible para todos y todas, (porque es un derecho y no un favor)!

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¡Nos leemos!

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