Hace un rato estaba dándole vueltas a una conversación que tuve sobre las diferencias entre los modelos de enseñanza existentes y la posibilidad de elaborar una lista de pros y contras de cada uno.
En cuanto tenga un tiempo considerable para hacerlo a consciencia, lo escribiré y publicaré con todos los enlaces a fuentes de confianza, como hago en la mayoría de mis posts, ya que sigo siendo una madre, no una profesional del tema…pero me gusta leer, aprender, investigar, reflexionar, y luego compartirlo con vosotrxs.
De momento, me limitaré a compartir una reflexión escueta sobre las consecuencias que podría tener la Teoría del Conductismo en la educación dentro del ámbito escolar de mis hijos.
Para quienes no sabéis de qué os hablo, el modelo conductista es descripto como: Método orientado al desempeño superior el cual es selectivo a los «más aptos» con dificultades en la transparencia de la identificación de los estándares y requerimientos técnicos, está basado en los aspectos personales para el desempeño, midiendo valores, o desvalores, del individuo el cual se ve incitado a la superación personal e individual, aunque contenga elementos de trabajo colectivo. La competencia en este modelo describe fundamentalmente lo que un trabajador «puede» hacer y no lo que «hace».
Como explican en Se Educan Solos: Según esta forma de entender el desarrollo, los refuerzos y castigos son completamente necesarios. Además, los adultos que educamos, podemos manipular las consecuencias de las acciones de los niños, para poder poner o quitar las conductas que nos interesen.
En el ámbito educativo, los Psicólogos R. Rosenthal y L. Jacobson realizaron un experimento siendo unos de los primeros investigadores en dar a conocer el efecto Pigmalión en la educación y revelaron el enorme impacto que genera el docente sobre la capacidad y desempeño de los alumnos, de acuerdo a la percepción que estos tengan de sus estudiantes.
Os recomiendo leer en Educapeques este Post de la psicóloga Manuela Clemente Martos de donde rescato: <<Cuando denominamos repetidamente a un / a niño /a de una determinada manera, termina por asumir que es así ; y ante esta situación debemos tener mucho cuidado, ya que somos una mezcla de genética y entorno y este último nos puede influir potenciando o “debilitando” nuestras “capacidades base”.>>
<<El etiquetar a un/a niño/ a, le va a llevar a comportarse según los dictámenes de esa etiqueta que va a terminar asumiendo, pero no sólo eso, sino que además, el resto de adultos y niñ@s que vayan conociéndole y sepan de la existencia de esa “etiqueta”, serán susceptibles de caer en el sesgo de observar únicamente, los comportamientos que éste emita y que sean descriptivos de ella, volviendo así al tema del “Efecto Pigmalión”.>>
Mi reflexión es simple y aquí os la dejo:
No hay posibilidad alguna de hacer una lista de contras y pros de metodologías educativas que lo incluya, porque el conductismo sólo tiene contras.
Bajo mi punto de vista (no profesional, pero si como madre interesada, informada y reflexiva sobre las opciones educativas de mis hijos) el conductismo busca el adiestramiento sistemático y eso se encuentra demostrado como obsoleto, desfasado y perjudicial para cualquier peque.
Yo quiero que mis hijos sean respetuosos, autónomos, reflexivos, creativos, empáticos, tolerantes con la diversidad, emprendedores y responsables.
Y para ser así deben aprender a serlo, y como los niños aprenden por imitación más que por indicación, el conductismo no podría generar esos seres que deseo que sean mis pequeños.
De la mano del conductismo en la educación vienen los premios y castigos (rincón de pensar, quedarse sin recreo, …), las etiquetas (eres bueno/malo/listo/lento..) y por ende la diferenciación de los niños en categorías consideradas positivas o negativas, que no sólo le acompañarán en ese curso escolar sino también cara a sus compañeros, el resto de la escolarización en ese centro y su vida familiar (padre y madre que creen al educador que les dice que su hijo es vago, rebelde o el más listo) , su autoestima y estado de ánimo…su futuro ser.
Por otro lado, y dado que mi hijo asiste a un colegio público ordinario y con integración preferente para alumnado con diversidad funcional esta metodología rozaría el absurdo, y sólo entendería (que no justificaría, sino que lucharía por erradicar) que algún tutor o tutora lo aplicara por falta de consciencia o conocimiento sobre las consecuencias del premio/castigo, las etiquetas , etc. en cada niño de forma individual y en el grupo.
A raíz de esta metodología siento que se siembra la semilla de la estigmatización, la segregación y luego sin escalas el fomento del bullying dentro del mismo grupo por motivo de las etiquetas asignadas a cada uno por su propia diversidad individual.
También existe la posibilidad de que se aplique la metodología conductista por la propia falta de herramientas del profesor o profesora (falta de interés, actualización, experiencia, conocimiento, empatía, respeto) que tendería entonces a escoger el camino fácil: la formación sistemática basada en el temor y centrada en el educador en lugar de en las necesidades y diversidad del alumnado, que es quien debería ser protagonista de su propia educación.
Espero que si me lee alguien pro-conductismo, comente este Post aportando la otra cara que yo no logro verle a la metodología: la de los Pros. Y así poder ofreceros algún día la comparativa de metodologías, incluyendo la Teoría Conductista que de momento, se encuentra descartada por goleada.
Y en los colegios de vuestrxs peques, qué metodología educativa utilizan?
La habéis tenido en cuenta a la hora de elegir centro escolar?
Nos leemos!
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