–¡Siempre igual! ¿Te parece normal hacer eso? ¿Mamá está siempre atendiéndote y así me lo agradeces?
Frases dirigidas a niños y niñas que resuenan en muchos hogares, como en el mío hasta hace bien poco. A pesar de estar convencida que estaba criando a mis hijos en el respeto, la empatía y la tolerancia, hice un clic cuando comencé a leer ejemplos de comunicación violenta. Y a pesar de intentar ser consciente del poder de las palabras, siempre las pensaba en relación a quitarles el peso del prejuicio, los estereotipos y las etiquetas.
Estaba actuando de forma agresiva sin reflexionar sobre ello y tuve claro que eso debía cambiar inmediatamente.
Hoy te cuento cómo mejoré (y sigo mejorando) la forma en que me relaciono con mis hijos gracias a las herramientas de la Comunicación No Violenta, por si puede serte de utilidad como a nosotros.
Revisarnos, desaprender y empezar de nuevo.
Hace unos meses conocí la Comunicación No Violenta (CNV). A raíz de algunos proyectos organizando Talleres para familias típicas y atípicas, la CNV me permitió revisar mis comportamientos y ver luz donde antes ni me planteaba que hubiese oscuridad.
Recuerdo una tarde en la que estábamos merendando junto a nuestros hijos, cuando mi pequeño entró en un bucle de enfados, gritos y peleas con el suyo por un intercambio de sus muñequitos preferidos (sí, los superzings). Hice lo de siempre: ponerme a su altura, mirarlo a los ojos, hablar pausadamente y explicarle que su comportamiento estaba mal, que debía compartir con su amigo. Mi hijo seguía en su bucle y yo iba perdiendo la paciencia. Mis frases iban pasando del «eso está haciendo mal a tu amigo» a «de seguir así no van a jugar más juntos» o «te voy a quitar los superzings».
Otra madre miraba impasible la situación, hasta que me pidió permiso para interceder. Me sentía agotada (y avergonzada, todo hay que decirlo. ¿Cómo mi hijo, educado en el respeto y la generosidad, no quería compartir sus juguetes y montaba ese escándalo?.).
Se acercó a mi niño, se puso de rodillas y lo miró con ternura. «-Entiendo que no quieras compartir ahora. A veces nos gusta dar nuestras cosas, o intercambiarlas. Y a veces no. Seguro dedicaste un buen rato a elegir los superzings con los que querías jugar hoy y no te apetece dejarlos a nadie. A mí también me pasa: hay días en los que me gusta leer un libro y que nadie me interrumpa ni me lo quite de las manos, mientras que en otros momentos soy yo la que los ofrece a mis amigas porque sé que lo disfrutarán . Eso no te hace SER egoísta. Es tu necesidad y los demás debemos respetarla. Para que tu amigo no se sienta mal, en lugar de enfadarte y discutir con él quizás podrías intentar explicarle por qué no quieres compartir tus juguetes AHORA. Seguro te entenderá, porque a él le pasa lo mismo algunas veces.»
Mi hijo escuchaba atento y fue bajando la intensidad. «- Es que él y mi mamá no entienden que YO quiero jugar con MIS juguetes. Estuve todo el día en el cole esperando para poder sacarlos de la mochila y jugar con ellos» .
Me pareció magia. Esa madre había sido capáz de entender y actuar de manera empática de forma eficaz, y mi niño, con sus 6 años, había podido expresar lo que sentía y reducir su nerviosismo poniéndole palabras a la situación.
Al rato, después de jugar cada uno con sus cosas, mi hijo le dijo a su amigo que ahora ya podía dejarle sus muñecos. La tarde pasó entre risas, batidos de chocolate y un despliegue de muñequitos rodeado de niños.
Ese día decidí hacer mi primer Taller de Crianza y Comunicación No Violenta . Tenía que desaprender frases enraizadas en mi maternidad y aprender a comunicarme así. Quería saber cómo transformar las situaciones desde un rol de madre que sostiene y escucha, para dejar atrás una maternidad de calma-cálmate-haz lo que te digo-amenaza.
¿Qué es la Comunicación No Violenta?
La CNV es una herramienta que desarrolló el psicólogo estadounidense Marshall Rosenberg en los años 60 con el objetivo de entendernos mejor.
La CNV se enfoca en tres aspectos:
- auto empatía (percepción compasiva de nuestra experiencia)
- empatía (entender y compartir una emoción expresada por otro)
- auto expresión honesta (expresarnos auténticamente de una forma que haga más probable que surja la compasión de los demás).
La comunicación no violenta se basa en la idea de que todos los seres humanos tienen la capacidad de compasión, y solamente recurren a la violencia o al comportamiento que daña a otros cuando no reconocen estrategias más efectivas para satisfacer sus necesidades
La comunicación es la base de nuestras relaciones. A través de ella nos comprendemos y nos permite crear un mundo mejor.
La dificultad, como en el ejemplo que compartí antes, radica en que no sabemos comunicarnos tan bien como pensamos. La mayoría hemos sido educados bajo modelos que potencian la competencia y el prejuicio, la clasificación moral del bien y del mal. Y todo ello complica nuestra comunicación, genera malentendidos y puede provocar reacciones violentas en los demás.
Crianza y Comunicación No Violenta
A raíz de leer sobre el tema, reflexionar, revisarme y realizar varios Talleres de CNV, he podido identificar muchísimas frases (y actitudes) que formaban parte de mi maternidad y que no sólo no aportaban nada positivo, sino que empeoraban la gestión de muchas situaciones de conflicto con mis hijos.
Pero ojo, no es sólo una cuestión de reemplazar palabras. Es cambiar la mirada, hacia nosotras y hacia ellos.
Despegarme de la ansiedad o frustración que me provocaban algunos comportamientos de mis hijos para poder ver qué hay detrás, ayudarlos a expresar sus emociones (para entenderlos y legitimarlas) antes de ponerme en la postura de «mamá dice que hagas eso o no lo hagas y punto».
No soy una madre perfecta. No lo he sido, no lo seré, ni pretendo serlo. Pero sí deseo poder ser mejor cada día, reconocer mis fallos e ir avanzando para que mi maternidad tenga más de armonía que de conflicto, para que mis hijos también aprendan a sentirse validados y crezcan siendo honestos consigo mismos y con los demás.
La CNV llegó a mi vida para revolucionarla de manera transversal. Originalmente pensando en mejorar la relación con mis hijos y la resolución de problemas cotidianos, para descubrir el potencial que tiene esta herramienta para mejorar mis relaciones en general, (de pareja, con mi familia, amigos y demás personas, incluso aquellas que veo de manera ocasional).
¿Hace cuánto que no identificas tus necesidades y las transmites sin exigencias? ¿Cómo te sientes cuándo los comentarios que recibes tienen una enorme carga de juicio sobre tu rol de madre, pareja, amiga o trabajadora?
Te aseguro que eso nos pasa a la mayoría casi a diario, en conversaciones cotidianas que sin darnos cuenta, nos llenan de impotencia, tristeza y enfado.
La maternidad es una relación de por vida que debemos cuidar, y el haber llegado a la CNV con ese objetivo me ha dado la oportunidad de poder aplicar esta herramienta para comunicarme mejor con todas las personas que me relaciono.
Si crees que pueden serte de utilidad, te recomiendo muchísimo que te informes sobre CNV.
¿Conocías la Comunicación No Violenta?
¿La aplicas en tu día a día?
¿Y en tu crianza típica y atípica?
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Nos leemos.
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