Hoy, 6 de octubre, es el Día Mundial de Parálisis Cerebral. Como sabes, mi blog está lleno de publicaciones sobre mi experiencia criando un peque con PCI del tipo hemiparesia derecha, las terapias que realizamos, las adaptaciones y hacks de nuestro día a día y las ayudas públicas que se pueden solicitar a nivel familiar cuando convivimos con este diagnóstico.
Por eso, hoy decidí ceder este espacio a mi compañera Elena, de Monitos y Risas, especialista en Porteo ergonómico, para poder compartir desde su experiencia y trayectoria profesional, los beneficios de portear a nuestros hijos e hijas con PCI. Para mí fue una experiencia maravillosa poder portear a mis dos hijos, y espero que con lo que nos cuenta Elena en este post, te animes a hacerlo tú también.
El porteo es un gran facilitador de la crianza, tanto de las típicas como de las atípicas.
En el caso de peques con parálisis cerebral, puede ser una gran herramienta, además, para facilitar la movilidad de la familia cuando es un no-tan-peque.
Pero no nos adelantemos y empecemos por el principio.
¿Por qué portear a un peque con parálisis cerebral?
Por exactamente los mismo motivos que a cualquier otro peque.
Porque es beneficioso para su desarrollo integral: físico, emocional, intelectual, social…
Podríamos dedicar este artículo a hablar de los “beneficios” del porteo, pero baste decir que el porteo es la norma biológica de la especie.
El ser humano ha porteado desde que existe como tal, y también lo hacían las especies de homínidos que nos antecedieron. El carro (carrito, carriola, carricoche…) existe como herramienta de puericultura generalizada desde no hace más de 300 años y, hasta ese momento la humanidad transportaba a sus peques porteados.
Bueno, y hoy en día, aún, la mayoría de las familias siguen porteando porque en la mayoría de entornos donde existimos los humanos el terreno no es apto para carritos.
De todos modos, si quieres conocer los “beneficios” tienes una buena lista aquí, una publicación pediátrica, por si tienes que convencer a alguien de tu entorno…
Aprovecho para contarte que, ya que portear es la norma biológica, realmente no aporta beneficios, no son “un extra”, sino que es lo que el bebé humano espera y necesita. Y por eso entrecomillo “beneficios”.
¿Qué pasa entonces con los bebés con parálisis cerebral?
Pues que es igualmente “beneficioso” que para cualquier otro bebé.
Podríamos decir que en según qué casos será incluso “más”, porque portear (el contacto continuado) tiene un impacto directo en el desarrollo del sistema nervioso, permitiendo que alcance todo su potencial.
Y cuando este potencial está condicionado por la parálisis, alcanzarlo al completo tiene mayor relevancia, si cabe.
Además, el porteo es un estímulo neuromuscular que facilita la adquisición de los hitos del desarrollo motor, algo también muy importante para los bebés con parálisis cerebral, que suelen tardar más en adquirirlos.
Así que, si tu peque tiene parálisis cerebral (o cualquier otra enfermedad, condición, trastorno del desarrollo, etc), portea. Todo lo que puedas.
En ningún caso el porteo es perjudicial o tiene que desaconsejarse, ni mucho menos prohibirse.
Insisto, en ningún caso.
Sí que puede necesitar adaptaciones.
Pero portear, ofrecer contacto sin límites, a tu bebé no es “malo” nunca.
Como decía, pueden ser necesarias adaptaciones.
En el caso de la parálisis cerebral, las más frecuentes, o mejor dicho, las que hay que considerar con más atención, tienen que ver con el tono muscular y las consecuencias de las alteraciones de este.
Los bebés con hipotonía, tono más bajo, que parecen “blanditos”, no adquieren de manera autónoma la posición fisiológica que hay que respetar porteando.
Hay que colocarles activamente y, además, ser muy cuidadosos en el uso del portabebés para que la posición sea adecuada.
Así como en el ajuste correcto del mismo, para que dicha posición se mantenga durante todo el tiempo de porteo.
En estos casos, pueden resultar más interesantes los portabebés desestructurados (elásticos, fulares y bandoleras) ya que permiten un ajuste más fino tanto para controlar la posición como para el ajuste de la tensión, ya que ofrecen la posibilidad de ajustarse casi que centímetro a centímetro a la posición, tamaño y peso del bebé.
Sé que las mochilas son los portabebés que más “entran por el ojo” porque parecen más fáciles de usar, pero realmente, un bebé con hipotonía es más fácil de colocar bien en uno de los portabebés que he mencionado, desestructurados, que en una mochila. Con la excepción de la mochila Emeibaby, que sí que tiene la posibilidad de ajustarse punto por punto sobre (casi toda) la anatomía del bebé.
Esto es más importante hasta que el bebé adquiere el control cefálico o hasta que adquiere el tamaño y tono muscular que limite el riesgo de apnea obstructiva. A partir de ahí, y si te es más cómodo, fácil o lo prefieres por lo que sea, mochilas o mei tais te van a dar las mismas prestaciones.
Y ojo, que estoy hablando de hipotonía, si tu peque tiene el tono normotípico portea con lo que más te guste.
Cuando hay hipertonía y/o espasticidad, la dificultad es otra. El bebé no se redondea, se mantiene “tieso”, o incluso en hiper-extensión, lo que hace virtualmente imposible el colocarle en la posición fisiológica.
En estos casos los portabebés estructurados (mochilas, meichilas y meitais) suelen ser más útiles, porque, como tienen un panel donde “sentar” al bebé, y luego se sostienen a tu cuerpo con sus propios tirantes y cinturón, podemos colocar al bebé en dicho panel y conforme se vaya relajando (por el contacto y el movimiento al ser porteado) irle llevando poco a poco a dicha posición fisiológica.
Con un desestructurado necesitamos que el bebé tenga una posición más redondeada para hacer un buen asiento, mientras que en los estructurados el asiento ya viene hecho y por eso podemos colocar al bebé en el portabebés pese a su hipertonía.
__ Por cierto, he mencionado “posición fisiológica” y querría aclarar que me refiero a la posición de porteo, que es con la pelvis basculada en retroversión, lo que hace que las rodillas se eleven respecto a la altura del culo (ojo, esto se ha de comprobar en el perfil, mirándonos de frente las rodillas parece que van más altas de lo que realmente van) y la espalda se redondee.
Y respecto al ajuste, ha de ser tal que te puedas mover y el bebé no se separe de tu cuerpo, ni se desplace, incluso si te inclinas. No tengas miedo de apretar de más que es complicadísimo, mientras que apretar de menos puede ser peligroso además de incómodo. Asegúrate de que, introduciendo el dedo entre el bebé y el portabebés, o entre tu cuerpo y el portabebés, el dedo entra con cierta dificultad y queda sujeto. Si el dedo se mueve con facilidad falta ajuste, si no puedes introducirlo te has pasado (excepto en las corvas del bebé, ahí puede ser difícil introducir por la propia flexión de la pierna).__
El porteo tiene, además de los “beneficios” para el bebé y para ti misma, un aspecto brutalmente práctico.
Y es que te permite llevar a tu peque en brazos, manteniendo tu libertad de movimientos y con tus manos libres.
Algo que con los no-tan-peques con parálisis cerebral puede ser un gran aliado. Porque, desgraciadamente, hoy por hoy aún hay muchos espacios urbanos a los que acceder con silla de ruedas es inviable. Más (casi) todos los espacios naturales.
Y sí, llegará el día en que no puedas llevar en brazos a tu peque, ni porteado-a, pero con un buen portabebés ese día llega mucho, pero mucho más tarde de lo que parece.
Para empezar, es que porteando puedes llevar a un peque más grande que a “brazo pelado”. Porque el portabebés, siempre que sea adecuado en tamaño a tu peque y a ti misma-o, te permite repartir su peso en tu cuerpo de manera mucho más respetuosa y ergonómica para ti, por lo que podrás llevarle más tiempo y con más cuidado por tu propia salud.
Para seguir, porque si vas porteando conforme tu peque crece tú vas cogiendo forma física. No es lo mismo llevar a un niño de 7 años por primera vez que llevar porteándole 7 años conforme ha ido cogiendo peso y tamaño.
Y no, no es malo coger peso siempre que lo hagas de la manera correcta y de manera progresiva. De hecho, y sin ánimo de romantizar nada, puede tener hasta beneficios para tu salud. Si no me crees, te invito a buscar información sobre lo importante que es ganar masa muscular y la conveniencia de hacerlo de manera progresiva y cuidando la posición y técnica (algo que el porteo hace casi que de manera automática).
Dicho esto, te dejo este testimonio de Viviana, que nos cuenta cómo el porteo de su niña con parálisis cerebral le ha facilitado la movilidad y el cuidado de ambas. En el momento de la entrevista su hija tenía 10 años y la porteaba activamente y con frecuencia.
Elena porteando a su hijo de 10 años normotípico.
En definitiva, portear tiene “beneficios” en todas las crianzas, con parálisis cerebral también. Es probable que haya que hacer adaptaciones, y estas han de ser realizadas en base al caso en particular aunque hemos dado alguna recomendación general para orientar en la búsqueda de portabebés. Y el porteo, con peques con parálisis, puede ser una herramienta muy útil para incorporar a tu peque a la vida familiar fuera de casa incluso cuando la silla no es una opción.
Recuerda, para terminar, que el personal sanitario no tiene formación en porteo per se, son, somos, las asesoras de porteo las que te podemos ayudar a encontrar el sistema de porteo, o la adaptación, que mejor os funcione. Por supuesto en coordinación con tu profesional sanitario de referencia si es necesario.
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