La comunidad más grande de blogs en español sobre (p)maternidad y peques, Madresfera, ha propuesto un carnaval de posts sobre Crianza en tiempo de coronavirus. Por ello hoy escribo sobre mi experiencia confinada 24/7 con mis peques típico y atípico, con los beneficios, contras, dudas, y dificultades que estamos viviendo.
Debo decir que mi personalidad optimista ha flaqueado en muchos momentos durante los 2 meses que llevamos en casa, no sólo por la dura realidad que se vive puertas afuera de nuestro «búnker», sino por el desafío que supone estar criando mientras asumo nuevas responsabilidades como ejercer de maestra, terapeuta, monitora de ocio, ama de casa y autónoma intentando conciliar mi vida laboral como una malabarista.
Sin embargo, cada una de estas actividades también tiene sus pros, y os voy a contar cómo vivo cada una de estas facetas en medio de la incertidumbre, una de las peores enemigas para la ansiedad y el bienestar de mi salud mental.
Homeschooling
Beneficios
Para mi hijo mayor, cursando 2do de primaria, con diagnósticos de hemiparesia y autismo, el 1 a 1 es una ventaja incomparable. Ese conocimiento máximo que tengo sobre sus intereses por encima de cualquier otra persona sobre la faz de la tierra, la ausencia de estímulos distractores, así como la posibilidad de adaptar absolutamente todo el material y poder seguir su ritmo sin prisas, ha potenciado su concentración, aumentado su autoestima y motivado el aprendizaje curricular.
Por otro lado, no asistir al colegio le ahorra los momentos de malestar asociados al recreo o el ruido del comedor.
En el caso del pequeño, 6 años y finalizando la etapa de infantil, hemos podido avanzar en sus fortalezas matemáticas y fomentar sus destrezas en la lectoescritura y grafomotricidad. Como ocurre con el mayor y la mayoría de niños y niñas, poder distribuir el tiempo de aprendizaje y de ocio según sus necesidades, así como utilizar sus intereses para motivarlo están siendo claves.
En la búsqueda de recursos educativos para facilitar el aprendizaje, hemos dado con algunas verdaderamente geniales a las que daremos continuidad incluso cuando vuelvan al cole. Una de ellas es Smartick, que compartí en este post.
Por último, al vivir en un pueblo alejado del centro escolar, nos ahorra largos trayectos (y atascos) y permite un sueño natural sin despertadores que obligan a madrugar.
Contras
A pesar de poner todo mi empeño, yo no soy docente ni puedo reemplazar esa función indispensable en el aprendizaje de mis hijos. Hago lo mejor que puedo y buscar estrategias, adaptar materiales y conseguir partirme entre 2 niños con diferentes necesidades y niveles me resulta agotador.
Por otro lado, la falta de socialización en ambos casos es irreemplazable. Ya podemos hacer videollamadas con amigos y/o tutores, pero eso nunca sustituirá las relaciones espontáneas, el juego, los abrazos, el intercambio de superzings, las coreografías que practican en grupo para facilitar las habilidades sociales del mayor (¡Gracias, Rosa!).
Y claro, el no asistir al cole, diluye mis pocas horas de trabajo haciendo que la desigualdad laboral que sufrimos las madres típicas y sobretodo las atípicas, se profundice aún más.
Terapias
Beneficios
Como te conté en este post, hemos tenido la suerte de dar continuidad a las terapias de mi hijo gracias al equipo de Centro Iria. La Tele-Interevención está resultando tan beneficiosa, que nos planteamos seriamente no volver a sesiones presenciales o reducir éstas a algunos encuentros puntuales. Ganamos tiempo, evitamos desplazamientos (¡muchos!) y la sala de espera al hermano y potenciamos el modelo centrado en la familia en contextos naturales. Por otro lado, el gran interés de mi hijo por la tecnología suma un plus motivacional a los encuentros.
Contras
En principio sólo veo 2 desventajas:
- La sesión de habilidades sociales a la que asiste mi peque con 3 compañeros pierde las posibilidades de contacto, movimiento, abrazos…
- Al igual que no soy docente, tampoco soy terapeuta. Por tanto, los masajes, estiramientos y demás trabajo que puede realizar el fisioterapeuta con sus manos lo considero irreemplazable a largo plazo.
Tiempo Libre
Beneficios
Como es de imaginar, contamos con muchos más momentos de ocio y tiempo libre comparando con nuestra agenda normal llena de actividades y traslados.
Esta etapa de slow-life nos está permitiendo disfrutar de nuestra gran colección de juegos, juguetes, cuentos o música y compartir películas, mimos y besos tumbados en el sofá sin alarmas que nos interrumpan.
El ahorro que supone estar en casa con respecto a salidas también hay que tenerlo en cuenta.
Contras
¿Te las imaginas? Las compartimos todos los que nos quedamos en casa durante la pandemia: no salir a pasear, ir al parque, al campo, juntarnos con amigos y familia, ir al cine o subirnos al coche sin rumbo para aparecer en algún pueblito o mojar nuestros pies en la orilla del mar.
Mis hijos sufren la distancia con su Abu , compañera incansable de cuentos y juegos, los ratos de guitarreo con su tío y referente musical, y las fiestas de pijamas con sus amigos .
Como adulta, también he perdido las salidas con amigas, los desayunos con mi madre o mi hermano a solas, y la noche romántica que nos reservamos con mi marido para salir a cenar, ir de concierto o simplemente dormir sin interrupciones infantiles.
Home sweet home
Beneficios
Estar en casa, al contrario que puede pasar a otras personas, para nosotros es un lujo. Nos gusta cocinar juntos y tener a papá teletrabajando permite compartir algunos momentos diarios que en la vida normalizada son inviables.
Cada familia tiene una realidad distinta, y en nuestro caso, estar pasando el confinamiento en la casa de pueblo donde nos trasladamos hace un tiempo, nos hace vivir esta pandemia de una manera privilegiada. Tenemos espacio, una terraza abierta y la posibilidad de estar juntos o separados según el momento (y predisposición de mis hijos, que no aguantan mucho tiempo lejos de mamá).
Pienso mucho en cómo sería el aislamiento en nuestro piso compacto de Madrid y, si antes veíamos ventajas en mudarnos lejos en pos de conseguir metros, ahora estoy convencida que todos los atascos que sufrimos desde la mudanza para seguir con nuestro ritmo diario de coles, terapias y trabajos, han valido la pena para pasar la cuarentena en una vivienda que facilita el movimiento y la convivencia.
Otro beneficio es el ahorro económico en gasolina, salidas, calzado y lavadoras. Aquí se vive en calcetines y pijama 24/7.
Contras
Ayer, mientras recogía la cocina por enésima vez, le dije a mi marido:
La vida es lo que pasa entre poner un lavavajillas y el siguiente.
No soy ama de casa, aunque amo mi hogar. De las tareas diarias sólo me gusta cocinar, pero hacerlo de manera continua y en bucle (que no falten desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena, variados, saludables y aceptables para los comensales a veces reticentes a determinados platos) es hartazgo a la enésima potencia.
Estar aislados ha multiplicado mis tareas del hogar hasta el infinito: el orden, la limpieza, las múltiples comidas, el aprovisionamiento y el mantenimiento general me tienen agotada.
Teletrabajocalipsis
Beneficios
- Cualquier resultado de la tabla del 0
- Null
- Error 404
- 0%.
Contras
Como fan de la lengua, he acopiado a mi léxico el «Teletrabajocalipsis» de Patricia Tablado, quién comparte en Twitter el desafío incomparable de trabajar desde casa con los peques.
Menos tiempo disponible y una imposibilidad extrema de estar sola para realizar llamadas o videoconferencias sin mis pequeños satélites orbitando a mi alrededor. Mi necesidad de concentración es directamente proporcional a la de mis hijos por estar pegados a mí.
¿Recuerdas cuánto nos reímos con este vídeo?
Pues ahora ya no me hace ninguna gracia. Necesito trabajar y como autónoma emprendedora la situación está llegando a unos límites tan complejos como hacer croquetas sin que exploten.
Salud mental
Beneficios
En mi maternidad típica y atípica, he aprendido a la fuerza la importancia de cuidar mi salud mental. Por mí, y por eso de cuidarme para cuidarlos. Os lo contaba aquí y aquí.
Que algunas de las luchas que enfrento por la inclusión y derechos de mis hijos estén aparcadas durante el aislamiento es como una brisa de aire que, junto a la reducción de actividades que colman nuestra agenda desconfinada, alivian la carga mental que soporto. Soy consciente de que los problemas siguen existiendo, pero gracias a la cuarentena llevo 2 meses sin discutir, presentar quejas o tener ataques de pánico por vivir en una sociedad poco preparada para aceptar la diversidad.
En este aprendizaje de cuidar al cuidador, he podido ser asertiva y decir que NO a muchas conversaciones o informaciones que me llegaban en relación al coronavirus. Tengo que agradecer a mi Psicóloga Elena Guijarro por ayudarme a hacerlo cada día mejor.
- Crianza en tiempo de coronavirus: beneficios y contras.
- Servicios online en tiempo de #coronavirus
- Infoxicación, coronavirus y cuidar al cuidador
- #Coronavirus: Empatía, solidaridad y aislamiento.
- #Mi2019Bloguero, luces y algunas sombras
- A veces mamá no puede más.
Contras
Aquí se sumarían las contras de todos los demás apartados de este post: la sobreexigencia que estamos sufriendo las madres multitasking con los peques en casa, la tristeza por los fallecidos, la angustia de la incertidumbre, la preocupación por el bienestar de mi familia, amigos y resto de la sociedad que está sufriendo a nivel sanitario, laboral y educativo.
La empatía tiene eso: nos puede hacer mejores personas, pero también nos factura a nivel emocional.
¿Esto nos hará mejores? Empatía y solidaridad.
La gente empática, cívica, responsable y solidaria lo es aún más. Sin duda.
Han nacido proyectos e iniciativas increíbles para ayudar a la población a sobrevivir la cuarentena: autores compartiendo su trabajo de manera altruista, tiendas de alimentación ocupándose de proveer a sus vecinos con dificultades, vecinos que se preocupan por los que no pueden salir y ofrecen hacerles la compra. Gente como Sandra, que ha mirado más allá de nuestra frontera y está recaudando fondos para familias en Uganda a las que el aislamiento les puede salvar del coronavirus pero matar de inanición.
Pero la gente egoísta, irresponsable y apática se ha legitimado en su ejercicio del abuso, la intolerancia y la ausencia de respeto.
Como madre criando dos niños, uno de ellos con diversidad funcional, me resulta preocupante saber que esta pandemia de escala mundial no ha servido para que la sociedad mejore en su comportamiento, reflexione, se ponga en el lugar del otro y deje de barrer para su casa.
Desde la brecha abierta de par en par a nivel educativo, el menú vergonzoso que provee la CAM a las familias vulnerables, la falta de recursos para los sanitarios y personas de riesgo, o la guerra entre partidos políticos en un momento donde es clave trabajar en equipo para sacar al país adelante, hasta el comportamiento de parte de la sociedad aprovechando el coronavirus como excusa para escupir odio a través de las RRSS o sus ventanas.
Los jueces de balcón, quienes se saltan las medidas para evitar contagios, la niñofobia, los insultos a las familias que realizan salidas terapéuticas con sus peques con discapacidad, quienes se aprovechan de la gratuidad de productos y servicios sin pensar que detrás de cada iniciativa hay alguien a quien agradecer. Profesionales dejando de cobrar que también deben mantener a sus familias.
Ya se está hablando de desescalada, fases 1, 2 y 3, vueltas a los centros de trabajo y colegios. Por mi parte, y a pesar de las contras que te he contado, no tengo ninguna prisa por salir de casa. Deseo profundamente que la pandemia se erradique cuanto antes, como es lógico.
Pero en nuestro caso, he visto que tengo mucho que replantearme con respecto a nuestro ritmo habitual de vida.
Aprovechar esta experiencia forzada para reflexionar es volver a marcar prioridades, elegir mejor las luchas, permitirnos más tiempo en familia ¡y en pijama!, reinventarme laboralmente para encontrar una forma compatible con la crianza, el bienestar familiar, la salud mental y mi desarrollo profesional.
Valoro más que nunca a mi tribu, el amor incondicional transformado en abrazos de mi madre, la libertad de movimiento, ver a mis hijos disfrutar de sus amigos. Algo que a menudo pasa desapercibido.
Y me siento agradecida por tener una pareja, el padre de mis hijos, que facilita y equilibra nuestro mundo mientras transitamos por esta situación inaudita.
Por tanto, mi crianza en tiempo de coronavirus es un cóctel que no me arrepiento de haber probado, porque estoy convencida que hará de la vuelta a la «normalidad» algo extraordinario.
¿Cómo llevas tu crianza en tiempos de coronavirus? Cuéntame.
Nos leemos.
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4 Comentarios
Qué crónica de una cuarentena más entretenida, interesante y enriquecedora. Consigues que incluso alguien sin hijos como yo se quede pegada al texto hasta el último punto. Es bonito leer que asumes tu faceta de madre como el resto de la vida, con espíritu de adaptación, construcción y positivismo. Gracias por desintoxicar, agradecer y edificar a pesar de la dureza de los tiempos. Me alegra que tus hijos vivan impregnados de todo esto, seguro que ellos y la sociedad que les rodea lo agradecerán siempre. Gracias también por nombrarme en este resumen y sobre todo por tu solidaridad hacia alguien que en Uganda vive, crianza incluida, sin privilegio alguno.
La vida sin belleza no tendría sentido.
Un abrazo
Gracias por tus palabras, Sandra. El mundo es mucho mejor con gente como tú, que nos abre los ojos, ayuda a visibilizar otras realidades e impulsa a ser solidarios en lugar de quedarnos en nuestra zona de confort. Ojalá más gente se una a tu iniciativa y puedas llegar a más familias que lo necesiten. Gracias
Me ha encantado el post, me siento en muchos aspectos muy reconocida. Enhorabuena por este blog tan interesante y bonito. ¡Me encanta leerte!
Muchas gracias Marta por tus palabras y tomarte el tiempo de leerme y comentar.