Quienes somos partes implicadas en el mundo de las minorías, siempre nos abanderamos con frases llenas de #tolerancia #respeto #inclusión #diversidad #igualdad de derechos…
¿Y si empezáramos por casa?
-Un médico/terapeuta que etiqueta sin más, sin leer el corazón del etiquetado, de su entorno. Marcándolo de por vida a ser diferente, pero diferente de los que no molan.
-Un padre que pide rampas en el cole de su peque en silla de ruedas, pero que reclama más plazas para nacionales que para extranjeros.
-Una madre que lucha contra la burocracia para que su hijo tenga las ayudas que le corresponden, y usa la plaza de movilidad reducida para ir sola a la peluquería.
-Un maestro que lee cuentos sobre la diversidad a sus alumnos, y no enseña por proyectos teniendo en cuenta las diferencias de su grupo.
-Un abuelo que explica a sus amigos del imserso todo lo que hay que saber sobre #hemiparesia porque su nieto tiene esta condición, divulgando para normalizar. Y luego deja de hablarle cuando descubre que el nieto es gay.
-Una asociación defensora de las personas con discapacidad, que no contrata mujeres en edad fértil.
-Una mujer que continúa con lactancia materna más allá de los dos años y más allá de las críticas continuas…Y mira con desprecio a otra que da un biberón a su pequeño.
-Un hombre que portea a su hijo mientras sus amigos «irrespetuosos» le quieren convencer de usar silla de paseo. Y comenta a unos padres del parque que sus mellizos no andan porque son vagos.
Y tantos cientos de ejemplos más.
Hey!
¿Y si somos coherentes?
¿Y si entendemos, al fin, que todos somos diferentes?!
Que no podemos exigir que el resto de la sociedad acepte nuestras diferencias y/o elecciones si nosotros no aceptamos las demás.
Da igual a qué diversidad nos refiramos: género, capacidades, etnia, religión, altura, belleza, edad, crianza, nacionalidad…
Seamos consecuentes. Congruentes. Lógicos. Respetuosos. Tolerantes.
Porque #LaDiversidadEnriquece!
Y para cambiar al mundo, debemos empezar cambiando nosotros…¿no os parece?
Empaticemos, comprendamos, respetemos.
¡Nos leemos!
Si crees que mi publicación puede ser útil a otras familias, recuerda compartirla a través de tus redes sociales y WhatsApp 💜.
¡Nos leemos!
Tus comentarios nutren mi Blog y siempre respondo. ¡Anímate a escribirme!
Si mi post te ha sido de utilidad, puedes «invitarme a un café» y ayudarme a seguir dedicando tanto tiempo a mis publicaciones 😊Fotos e imágenes propias, cedidas y Freepik. En calidad de Afiliado de Amazon, obtengo ingresos por las compras adscritas que cumplen los requisitos aplicables, con las que financio mi Proyecto solidario. Puedes saber más haciendo clic aquí.
1 Comment
Me encanta el artículo y la coherencia, es algo que no sobra. En casa nuestra bandera es el respeto y la empatía, no me cansaré de decir que con esos dos pilares el mundo sería otro, pero esto brilla por su ausencia, y cómo dices tu, por un lado se suele predicar unas palabras y por otro los actos, que es con lo que enseñamos a nuestros hijos, son otros… ¡Bravo! ¡Besotes!