Después de la iniciativa #yovoyatufiesta de María de Cinco Sentidos y Medio,  leo ésta publicación y la comparto contigo para que reflexionemos juntas.

«La historia de esta mamá que recibió una invitación para una fiesta de cumpleaños es muy linda. Todas las mamás deberíamos ser la que escribió la invitación.»

Naran Xadul

La publicación hace eco a «La historia de la mamá de Timothy, un niño con autismo quien casi no ha asistido a fiestas de sus compañeros porque para sus papás es muy difícil lidiar con la situación, por lo que prefieren no causar molestias, pero cuando Tim recibió una invitación especial, su mamá escribió esto para agradecer a esa mamá que se tomó el tiempo de hacerlo.«

Incluir no es invitar, es facilitar la pertenencia.

Este tema ya lo abarqué muchas veces. Lo especial en la historia de Timothy no es, en este caso, que lo inviten a la fiesta. Si no que se tuvieran en cuenta sus necesidades para poder participar. ESO es, para mí, la INCLUSIÓN.

Por otro lado, me resultó curioso que comiencen relatando que son sus padres quienes no lo llevan a las fiestas para «no molestar». Te aseguro que el motivo del 99,99% de los casos que conozco de niños y niñas atípicos que no asisten a fiestas de cumpleaños no es ese. Simplemente, no son invitados o no son tenidos en cuenta a la hora de organizar la fiesta.

¿De qué sirve enviar una invitación a un parque de bolas no accesible ni adaptado a un niño usuario de sillas de ruedas? ¿Para quedar bien? Si no hay adaptación a las necesidades de su diversidad ➡️ NO se lo está invitando a ir.

¿No sabes cómo facilitar la participación de un peque atípico en el cumpleaños de tu hijo? Por favor, pregunta.

No esperamos que nadie sepa cómo incluir a nuestros hijos e hijas con alguna diversidad funcional. Hay tantas realidades, necesidades y diversidades dentro de cada diversidad, que sería absurdo esperar que todo el mundo sepa cómo adaptar una fiesta para cada peque atípico.

Por ello, lo mejor que puedes hacer para que el cumpleaños de tus hijos sea inclusivo, es preguntarnos a las familias de los peques diversos. Estaremos encantadas de explicarte sus necesidades, particularidades o limitaciones. Seguramente te ofreceremos alternativas o te ayudaremos a organizar la fiesta si nos das la posibilidad.

Quiero que inviten a mis hijos, no a sus diversidades.

Cada vez que alguien tiene un gesto amable con mi hijo atípico, me siento agradecida y lo hago saber. Lógicamente, cuando pasa lo mismo con el pequeño normotípico, también agradezco…pero no es lo mismo. 

¿Sabes por qué? 

Porque la sociedad nos hace sentir que ser amable con la diversidad es un «favor». 

No dejaré de agradecer cada gesto que impulse la inclusión de la diversidad, de momento.

Pero tengo un sueño, dentro de mis deseos que espero no sean utópicos, sobre que ya no tenga que ser así. Que la inclusión no sea la excepción, sino la regla.

Como madre de un niño atípico, sueño con el día en que no sienta que debemos pedir permiso, que debemos justificar su pertenencia, que nos hacen un favor cuando nos ponen las cosas fáciles.

Deseo para mis hijos y los tuyos las mismas oportunidades, la posibilidad de querer y ser queridos por ser quienes son. Que se respeten sus necesidades y derechos, que la empatía sea moneda corriente.

Quiero dejar de aplaudir cuando nos invitan a un cumpleaños y dejar de llorar cuando no lo hacen, intuyendo (y muchas veces sabiendo) que el motivo es su diversidad.

En cualquier caso, siempre seguiré trabajando con mis hijos su autoestima y explicándoles que no siempre pueden ser invitados, que cada familia organiza las fiestas como puede y a veces quedarán excluidos de las mismas. Para ello, este cuento me parece un buen aliado.

¿Cómo vives tú que dejen a tu peque fuera de una fiesta?

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¡Nos leemos!

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